Todos los 21 de septiembre, se celebra en Argentina el día del estudiante, pero, ¿Por qué?
Lo primero que se nos viene a la mente en este día es que coinciden tanto el día del Estudiante como el día de la primavera, y es por eso que se celebra.
Pero tiene un significado más importante, la fecha que se eligió para festejar el día del estudiante se debe al gran padre de la educación nacional: Domingo Faustino Sarmiento.
Ya que ese 21 de septiembre en 1888 llegaron a Buenos Aires, desde Asunción, sus restos.
Sarmiento fue una pieza fundamental en la educación pública argentina y su progreso tanto científico como cultural.
En su presidencia, construyó 800 escuelas de primeras letras.
Gracias a él, la población escolar aumentó de 30.000 a 110.000 alumnos y buscó garantizar el acceso a la educación primaria con la creación de las primeras escuelas normales.
Nosotros desde 21 de septiembre, tenemos una gran admiración por este prócer que abrió las puertas de la educación a todo nuestro país.
Hoy más que nunca debemos mantenernos fuertes y no dejar que esa puerta sea cerrada.
La educación pública favorece la libertad de elección a familias con pocos recursos y funciona como base para el sistema educativo de un país.
El acceso a la educación forma profesionales que demuestran un gran compromiso a la sociedad y una enorme gratitud que quisieran retribuir.
Sigamos apoyando a la educación pública para posibilitar que las futuras generaciones, no sólo tengan un futuro, sino que puedan crear uno mejor.